Los videos facilitan y fortalecen la comunicación entre tú y tu audiencia. Además, se ha analizado que 2.380 millones de personas ven, transmiten o descargan videos en todo tipo de dispositivos, sobre todo en el móvil. Por lo tanto, si deseas que a tu audiencia le guste tu marca y que comparta y dedique más tiempo a tu contenido, has de considerar los videos como una parte esencial de tu estrategia de marketing. Esto ya te lo hemos dicho muchas veces, ¿verdad? Sí, puede que insistamos demasiado en ello. Para compensar, hoy pondremos la atención en cómo estructurar un vídeo publicitario para que, de verdad, convierta.
Como humanos, somos seres emocionales más que racionales. Lo que sentimos subconscientemente sobre algo o alguien juega un papel crucial en nuestras decisiones de compra. Si pides a cualquiera que te diga cuál fue el último buen anuncio que vio, es probable que no describan el vídeo en sí, ni el producto o servicio que anunciaba, sino la emoción que le produjo. Y hay una lección que debes extraer de este hecho: las historias con las que tu audiencia conecta importan más que el producto o servicio que estás vendiendo.
Según una encuesta de Headstream, alrededor del 79% de las personas prefieren a las marcas que cuentan historias. El problema es que solo el 64% cree que las marcas cuentan sus historias de la manera correcta. La encuesta también descubrió que el 15% de las personas que ven un vídeo realizan una compra de manera inmediata. No quieres perderte esto, ¿verdad? Pues toma nota, porque estas son las partes que componen una historia bien contada y la respuesta a la pregunta cómo estructurar un vídeo para vender.
Un vídeo debe contener:
• Un una apertura memorable
• La presentación, justo después, de un problema
• También ha de hallar la solución a ese problema
• Y finalizará con una CTA o llamada a la acción.
La apertura debe ser inmediata y llamativa, que obligue a tu audiencia a seguir mirando. Debe actuar como gancho y marcar el tono del vídeo, así como despertar la curiosidad del público. Este es el momento de plantear una pregunta o un misterio. No te aconsejamos que copies esta fórmula, pero piensa un momento: ¿Sabes quién es Jacques y si aquella chica lo encontró al fin? Se trata de un anuncio muy trasnochado, pero muy efectivo.
Tiene que haber un motivo por el que tu público vaya a interesarse por ese misterio. Este es el momento de atacar el motivo principal del vídeo, que no es otro que el problema que resolverás mediante tu producto o servicio. Hay tres reglas que debes seguir en esta parte del vídeo: claridad, concisión y ser directo.
En este momento, presentarás tu producto o servicio como solución al problema que has planteado antes. Pero no vale con que digas que eres el mejor. Debes lograr que tu audiencia se imagine usando tu producto y mostrar cómo se sentirán cuando seas tú quien solucione ese problema.
También es imprescindible que presente sus funciones y características de manera clara, directa y fácil de entender. Cíñete a los hechos que interesan a tu público en lugar de entrar en detalles.
La mayor parte de las personas dice que no le gusta que le digan lo que tiene que hacer, pero los expertos en marketing y publicidad han demostrado que esto no es cierto. Si lo que buscas es que compren, díselo.
La llamada ala acción sirve como cierre del vídeo y también como satisfacción emocional.
Como esta, en la que te indicamos que, si tienes cualquier duda o necesitas ayuda a la hora de estructurar un vídeo, harás muy bien en ponerte en contacto con nosotros.