¿Sabes por qué Eleanor Rigby, la famosa canción de los Beatles, es la favorita de mucha gente? No es por la letra ni por su mensaje, aunque ambos ayudan, claro. Es por esos violines, violas y violonchelos que le dan un sonido tan diferente al habitual de la banda. Esos instrumentos de cuerda le añaden desgarro y un aura de desesperación. Emociones, al fin y al cabo, es precisamente lo que añade la música para videos promocionales a las producciones más eficaces.
La música para videos promocionales es un elemento más de este método de comunicación empresarial, el que da cohesión a todos ellos.
Un buen video promocional debe tener claros sus objetivos; ya sean estos atraer más público, incitar a la venta o reforzar la imagen de marca. Para cumplirlos, deberá incluir los siguientes elementos:
Todos estos elementos se integran en una producción de video de dos modos fundamentales: imagen y texto.
La imagen apela directamente a lo visual, dispara la impulsividad y se diseña teniendo en cuenta toda una serie de estrategias probadas relacionadas con la psicología del destinatario del video (que puede ser un cliente, un empleado o un lead).
El texto va dirigido a la parte más racional del cerebro, es el encargado de lanzar el mensaje principal, de enviar los detalles y de añadir un extra de persuasión. El lenguaje empleado, el tono de la voz en off si la hay, la longitud y musicalidad de las frases, etc. Se combinan para componer todo tipo de mensajes.
Si imagen y texto se encargan de todo lo anterior ¿cuál es la importancia de la música para videos promocionales? La respuesta es sencilla y hasta cierto punto evidente: una buena base musical cumple tres funciones fundamentales en cualquier producción de video:
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